viernes, 25 de mayo de 2007

La lluvia puede alterar el G.P. de Monaco.

La jornada de descanso ha estado marcada por la enorme preocupación de todas las escuderías con el parte meteorológico para mañana y la posibilidad de ir a una parada en una carrera pasada por agua.

Los simuladores informáticos echan humo y los pilotos resoplan ante la que se les viene encima, el caos de Mónaco con el asfalto mojado. Las borrascas que han afectado días atrás a España ya están en Francia, y las previsiones meteorológicas que manejan los equipos hablan de temporal de agua para la calificación de mañana y lluvia para la carrera del domingo. Ésa fue la gran preocupación en las reuniones matutinas que las estrellas del Mundial ha tenido con sus ingenieros.

Las dudas tácticas se amplifican con el clima. En agua el peso importa menos que las manos de los pilotos y podrían ir a una sola parada, en lugar de las dos que se impusieron las últimas temporadas. (CONTINUA.....)

Los pilotos han descansado, pero no dejaron de darle vueltas a la lotería del tiempo. De todos ellos, sólo Coulthard, Trulli, Fisichella, Barrichello y Ralf han vivido la experiencia de dar las curvas ciegas que pueblan el circuito detrás de la columna de agua de un coche rival. Fue en 1997. Los accidentes se reproducen como setas y las carreras se convierten en una loteria. La incógnita de ir a una o dos detenciones ya llevan toda la semana poniéndola encima de la mesa.

Si sale el coche de seguridad al menos una vez, detenerse sólo en una ocasión en boxes es la mejor táctica posible. Se elimina el riesgo de quedarse sin gasolina cuando aún no esté abierto el pit lane y la carrera no se haya reagrupado todavía (el caos del nuevo reglamento). Los inconvenientes en este caso son dos: el tiempo que se pierda en calificación (eliminado si finalmente se disputa en agua) y el hecho de disputar medio gran premio con neumáticos extrablandos, los peores en condiciones de carrera.

En McLaren el debate del peso lanzado por Lewis Hamilton puede quedarse en nada. No sólo por el hecho del escaso consumo de gasolina por vuelta de esta pista (sólo 1,66 kilos) y su escasa influencia frente al cronómetro (ir una vuelta más tarde que el compañero sólo supone siete centésimas de hándicap, menos de una décima), también por la influencia del agua.

Aquel equipo que tenga más confianza en sus partes meteorológicos puede triunfar. El 60% de riesgo de precipitaciones que se anuncia para la hora de la carrera invita a cargar mucha gasolina en la calificación y disputar el gran premio a una sola parada.

Si se seca el asfalto durante la carrera, esto permite realizar una detención más sin tener una táctica suicida a tres paradas. Con el piso mojado importa más el pilotaje que la carga de combustible. Fernando Alonso, que se mostró el piloto más fuerte en seco durante los libres, no quiere ni ver la lluvia, aunque su última carrera completamente en mojado, Hungría 2006, fue toda una exhibición. Para Hamilton podría ser demasiado debutar en Mónaco en mojado, Kimi Raikkonen también es veloz en agua y Felipe Massa es un auténtico desastre en las calles del Principado.

El problema para los pilotos en este circuito es acertar con el ritmo adecuado. Si van finos, entonces el testigo que les marca en el volante si van o no más deprisa delata las décimas de retraso. Siguiente vuelta, se cuelan y entran pasadísimos, pero ven que ganan tiempo. Sobre todo en calificación deben encontrar el equilibrio entre buscar los guardarraíles o golpearse con ellos. Hoy deberíamos vivir el desafío de encontrar la fina línea del éxito sobre un asfalto impracticable. Fuente: AS

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